No, quizás ausente no sea la palabra...
Desaparecido...
Sí, esa es la palabra... Desaparecido...
Vuelvo a publicar en el blog, esperando compensaros mi última desaparición con un poema que escribí hace ya tiempo. Espero que lo apreciéis y lo disfrutéis al son de la música de Hans Zimmer.
Sueños De Tempraneo
Plata escondida en un mar de dudas.
Tostadas quemadas, café sin sabor.
Dolor de estómago, quizás por ardor.
Las manchas en el mantel blanco
doloroso
demuestran tu poca destreza en el arte
de derramar en la copa el dorado
espumoso.
Una brisa sonora atraviesa la ventana.
Un recuerdo ávido por ser recordado
permanece en la moviola de sus ojos.
La belleza de su alma se refleja
en su pelo.
Sus manos níveas se atreven con una
caricia.
Los ojos besan, los labios desean.
Se acelera el corazón del amante
que nunca amó.
Sentirse amado es una nueva sensación:
jamás antes la experimentó.
Se extasía ante la idea de un
beso,
un beso en potencia, que ya existe;
un beso en acto, que jamás existirá.
Un cuchillo encerrado.
El segundo pensamiento de la noche.
La derecha observa a la
izquierda.
La izquierda satisface a la derecha.
El rasgar de una guitarra,
el sonido de un despertador,
el sol por la ventana:
maneras de marcar el final de un
sueño.
Un saludo de un desaparecido...