miércoles, 12 de diciembre de 2012

Cuento A La Una De La Madrugada - Volumen VI


El Enigma Maldito

El anciano profesor de historia le narraba una misteriosa historia a su alumno más aventajado. Trataba sobre un monje tenebroso que ocultaba libros como premio en oscuros juegos que, normalmente, terminaban con la muerte de aquel que osaba jugar.
El hermano Humberto, pues así se llamaba el susodicho monje, era un joven pero ávido lector y conocía los libros prohibidos más jugosos. Libros que adquiría ya fuera honradamente o con malas artes.
Además, el hermano Humberto era inteligente y travieso por naturaleza y le gustaba mucho jugar y resolver enigmas. Creyendo que había resuelto todos los enigmas, quiso plantear un enigma tan difícil de solucionar que sólo él sería capaz de hacerlo.
Con el paso del tiempo consiguió plantear un enigma muy difícil y retó a muchos a resolverlo, pero como no ofrecía nada a cambio, nadie quiso aceptar su invitación.
Como mencionaba antes el profesor, el hermano Humberto conocía muchos libros prohibidos y consiguió uno compuesto por escritos de José de Arimatea. Concretamente estaba compuesto por cartas entre él y alguien que se hacía llamar “Jesús de Nazaret”. Esto podría haber sido normal hasta el año en que Jesucristo murió, pero las cartas databan de 16 años después de este suceso. El título del libro es, en español, “La Correspondencia No Revelada. Detalles De La Falsa Resurrección”.
Cuando se corrió la voz del premio que el hermano Humberto iba a dar a aquel que lograra resolver su enigma. Fueron muchos los que se lanzaron a intentar dar con la solución del problema. Según el hermano Humberto, en la solución había ocultado el libro y, sólo aquel que lograra resolverlo en un plazo de 23 horas, podría obtener el libro de José de Arimatea.
Pero, ¿qué pasaba con aquellos que no lograban resolverlo en el plazo dado? Simplemente morían. Unos decían que el enigma era tan complicado que llevaba a la locura, otros decían que dicho libro no existía y que al conocer esta noticia, los participantes se suicidaban.
Las malas lenguas decían incluso que el hermano Humberto, con el fin de eliminar la tontería de la sociedad, mataba a los participantes que no superaban su enigma, puesto que según él, la vida solo era digna para los inteligentes.
Al final, nadie consiguió resolver el enigma del hermano Humberto y tanto él como el enigma, que pasó a estar maldito, y el libro se perdieron en la historia.
El alumno, que llevaba por nombre Hugo, le preguntó al profesor la finalidad de conocer aquella historia.
- ¿Acaso no te ha entrado curiosidad? - preguntó el profesor - Sabiendo lo inteligente que tú eres y lo avanzada que está hoy día la sociedad, ¿crees que podrías resolver el enigma maldito del hermano Humberto?
Hugo, que no pecaba de exceso de humildad, asintió y le pidió al profesor que le planteara ese “acertijo barato”, tal y como éste lo denominó.
Al profesor se le iluminó la mirada y le expuso el enigma:

En este momento decidirás tu futuro.
No eres el primero y no serás el último,
simplemente eres un jugador más.
Si fallas, el destino te pagará con tu error.
Si aciertas, un libro muy preciado obtendrás.
¿Crees que estás listo para solucionar mi enigma?
¿Sí?
Iluso…
¿Qué elegirías si yo te digo que he hecho un pacto con el diablo y puedo ofrecerte elegir entre tu vida o la de todos aquellos que conoces?



23 horas después apareció el cuerpo sin vida de Hugo en el jardín de su casa. Todo el mundo culpó y buscó al profesor de historia, pero, el viejo, al igual que el hermano Humberto, se había esfumado con el enigma maldito...




 José Manuel Romero Cervantes

 


Saludos de un numerólogo no titulado que publica cuentos el 12 de diciembre de 2012...

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