El
Enigma Maldito
El anciano profesor de historia
le narraba una misteriosa historia a su alumno más aventajado. Trataba sobre un
monje tenebroso que ocultaba libros como premio en oscuros juegos que,
normalmente, terminaban con la muerte de aquel que osaba jugar.
El hermano Humberto, pues
así se llamaba el susodicho monje, era un joven pero ávido lector y conocía los
libros prohibidos más jugosos. Libros que adquiría ya fuera honradamente o con
malas artes.
Además, el hermano Humberto
era inteligente y travieso por naturaleza y le gustaba mucho jugar y resolver
enigmas. Creyendo que había resuelto todos los enigmas, quiso plantear un
enigma tan difícil de solucionar que sólo él sería capaz de hacerlo.
Con el paso del tiempo
consiguió plantear un enigma muy difícil y retó a muchos a resolverlo, pero
como no ofrecía nada a cambio, nadie quiso aceptar su invitación.
Como mencionaba antes el
profesor, el hermano Humberto conocía muchos libros prohibidos y consiguió uno compuesto
por escritos de José de Arimatea. Concretamente estaba compuesto por cartas
entre él y alguien que se hacía llamar “Jesús de Nazaret”. Esto podría haber
sido normal hasta el año en que Jesucristo murió, pero las cartas databan de 16
años después de este suceso. El título del libro es, en español, “La Correspondencia No Revelada. Detalles De
La Falsa Resurrección”.
Cuando se corrió la voz del
premio que el hermano Humberto iba a dar a aquel que lograra resolver su
enigma. Fueron muchos los que se lanzaron a intentar dar con la solución del
problema. Según el hermano Humberto, en la solución había ocultado el libro y,
sólo aquel que lograra resolverlo en un plazo de 23 horas, podría obtener el
libro de José de Arimatea.
Pero, ¿qué pasaba con
aquellos que no lograban resolverlo en el plazo dado? Simplemente morían. Unos
decían que el enigma era tan complicado que llevaba a la locura, otros decían
que dicho libro no existía y que al conocer esta noticia, los participantes se
suicidaban.
Las malas lenguas decían
incluso que el hermano Humberto, con el fin de eliminar la tontería de la
sociedad, mataba a los participantes que no superaban su enigma, puesto que según
él, la vida solo era digna para los inteligentes.
Al final, nadie consiguió
resolver el enigma del hermano Humberto y tanto él como el enigma, que pasó a
estar maldito, y el libro se perdieron en la historia.
El alumno, que llevaba por
nombre Hugo, le preguntó al profesor la finalidad de conocer aquella historia.
- ¿Acaso no te ha entrado curiosidad? - preguntó el profesor - Sabiendo lo inteligente que tú eres
y lo avanzada que está hoy día la sociedad, ¿crees que podrías resolver el
enigma maldito del hermano Humberto?
Hugo, que no pecaba de
exceso de humildad, asintió y le pidió al profesor que le planteara ese “acertijo barato”, tal y como éste lo
denominó.
Al profesor se le iluminó la
mirada y le expuso el enigma:
En
este momento decidirás tu futuro.
No
eres el primero y no serás el último,
simplemente
eres un jugador más.
Si
fallas, el destino te pagará con tu error.
Si
aciertas, un libro muy preciado obtendrás.
¿Crees
que estás listo para solucionar mi enigma?
¿Sí?
Iluso…
¿Qué
elegirías si yo te digo que he hecho un pacto con el diablo y puedo ofrecerte
elegir entre tu vida o la de todos aquellos que conoces?
23 horas después apareció el
cuerpo sin vida de Hugo en el jardín de su casa. Todo el mundo culpó y buscó al
profesor de historia, pero, el viejo, al igual que el hermano Humberto, se
había esfumado con el enigma maldito...
José Manuel Romero Cervantes
Saludos de un numerólogo no titulado que publica cuentos el 12 de diciembre de 2012...
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