Today Is The Day (Hoy
Es El Día)
Hoy
ha sido el fin del mundo. Y no ha sido un fin del mundo cualquiera: este lo
predijeron las mayas hace muchos años. Mi abuela dice que lo predijeron hace
tantos años que ni siquiera ella había nacido. Y mi abuela no es joven. No,
nada de eso. Tiene tantos años que cuando yo nací, ella ya era vieja.
Según
sus cálculos soy unas de las personas más afortunadas del mundo: he sobrevivido
a una grave enfermedad, a la muerte de mis padres, a la desaparición de la
decencia, a una crisis mundial y a cinco finales del mundo o, como ella dice,
apocalipsis.
Apocalipsis.
Qué bonita palabra para un concepto tan horroroso ¿verdad? A mí nunca me ha
gustado pensar que cuando todo terminara lo haría de manera que sufriésemos.
No, me niego a pensar así. Además, si tuviéramos que sufrir algún dolor, estoy
seguro de que mi abuela tendría un remedio para él.
Ella
siempre tiene una solución. Y si no la tiene, la encuentra. Cómo cuando
murieron mis padres y yo tuve que venir a vivir con ella. Tuvo que superar todo
su dolor y prepararme una habitación para que yo pudiera crecer en ella. Yo no
tuve que superar ningún dolor.
La
muerte de mis padres no me afectó. Y no quiero decir que sea un insensible: yo
sólo tenía un par de meses de vida. Si ni siquiera podía comer yo sólo, ¿cómo
podríais pensar que yo iba a sufrir por la muerte de mis padres? Además no me
enteré hasta hace unos días de que mis padres habían muerto.
La
muerte. Otra bonita palabra que no hace honor al concepto que representa. No me
gusta pensar en la muerte. Sólo tengo 12 años. Prefiero pensar en otras cosas
menos tristes.
Tristeza.
¿Cómo no voy a estar triste si hoy estoy visitando la tumba de mis padres por
primera vez? Además acabo de enterarme cómo murieron: un alcohólico que
conducía un coche rojo chocó contra ellos. Mis padres murieron, el alcohólico
no.
Hoy
ha sido el fin del mundo, pero no para mí. Tampoco ha sido un día más del
calendario. No. Como dijo mi abuela: “hoy
es el día”. Y ha sido cierto. Hoy es el día en que he jurado que vengaría
la muerte de mis padres.
José Manuel Romero Cervantes
Saludos de un cuentacuentos que no ha sucumbido al fin del 13 Baktun del calendario maya...